El mundo es diferente y la corriente de cambio se acelera día a día. El desarrollo cada vez más rápido de la tecnología hace que nos replanteemos nuestro lugar en ese torbellino de cambios.

La entrada del Chat GPT, por ejemplo, pone en duda el rol de trabajadores como periodistas, redactores, programadores, diseñadores y hasta abogados.

Al parecer siempre que un nuevo invento ha surgido, un grupo de paranoicos ha pronosticado el reemplazo de los humanos por las máquinas. Pasó con la calculadora, la computadora y ahora, con la Inteligencia Artificial.

Es cierto, las cosas ya no seguirán como antes y el uso de estas tecnologías significa un punto de inflexión en el mundo laboral, ¡pero todavía no quemes tu diploma! En esta nota descubrirás por qué tu jefe seguirá eligiéndote para su empresa.

La IA puede significar un aumento de la eficacia y eficiencia en la tareas y una optimización de procesos. Por lo general se utiliza para relevar tareas repetitivas y monótonas de las manos humanas.

El sitio IProup cita un estudio de Forrester para IBM que calcula que el 85% de los trabajos se verán transformados de alguna manera a causa de la automatización, e incluso, algunas actividades dejarán de existir.

Según IProup los sectores más implicados en la incorporación de la IA son:

Errar es más que humano

Las máquinas son de gran ayuda, pero no todo lo que brilla es oro. La revista Selecciones de México cita dos ejemplos en donde la inteligencia artificial no pudo cubrir las expectativas de sus usuarios.

El primer caso mencionado es el del hotel Henn-Na en Nagasaki, Japón, que contrató a 243 robots para cubrir tareas de conserjería, recepción y hasta botones. Las máquinas encargadas del registro tuvieron problemas para responder las preguntas de los huéspedes y para fotocopiar los pasaportes y las que ejercieron como botones golpeaban las paredes y tropezaban con las aceras.

El segundo caso mencionado es el de Los Ángeles Times, que en 2017 publicó una historia sobre un terremoto de 6.8 que sacudió a Santa Bárbara, California. Dicho terremoto ocurrió, pero en 1925.

La nota fue generada por Quakebot un programa que genera artículos basados ​​en avisos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) y según relata Selecciones, el QuakeBot se confundió un poco ya que un empleado del USGS estaba actualizando datos históricos.

Más allá de los episodios concretos, ya se vienen detectando limitaciones y problemas que trae aparejado el uso de la IA. Aumento del riesgo de errores y resultados sesgados, problemas de plagio o incapacidad de diferenciar la información falsa de la real, son sólo algunos ejemplos por considerar.

El imposible de toda máquina

El miedo a ser reemplazados por estas tecnologías se ha vuelto tan fuerte, que múltiples artículos están hablando sobre los aspectos del humano que son irremplazables, para calmar un poco a las audiencias. Recopilamos los principales elementos que las IAs no poseen:

Creatividad: no tienen la capacidad de crear algo verdaderamente original o innovador, al estar limitadas por la información que reciben y por su programación.

Empatía: carecen de emociones y sentimientos propios y comprensión de las emociones en general y este aspecto es un obstáculo a la hora de atender a un cliente.

Razonamiento moral: no pueden tomar decisiones éticas o morales complejas en situaciones ambiguas o impredecibles.

Liderazgo: no poseen la capacidad de realizar una gestión del crecimiento de grupos humanos, a partir de plantear objetivos, motivar, dar ejemplo, evaluar, delegar y transmitir experiencia.

Iniciativa: no cuentan con voluntad de iniciar acciones o proyectos y tampoco con una motivación propia, sino que su accionar es dirigido y programado por personas.

Trabajo en equipo: responden al feedback directo, pero carece de sentido de compañerismo o colaboración.

Adaptabilidad: si un cambio exige un viraje operativo inmediato, la empresa tendrá que asumir el coste de rediseñar, reprogramar o sustituir su tecnología.

Comprensión del contexto: tienen su límite en los datos que reciben y no tienen una percepción autónoma del contexto.

Sentido común: no presentan la capacidad de asociar la causa-efecto de los eventos con precisión.

Una extensa lista de atributos humanos, que siguen siendo vigentes y fundamentales para los puestos de trabajo, demuestra que las máquinas están muy lejos todavía de conquistar el mundo… al menos el laboral.

Al cubrir con IA la función humana en ciertas tareas más repetitivas y monótonas, se deja en manos de los empleados roles más especializados y estratégicos. La tecnología es una aliada, no una amenaza.

El universo tecnológico juega siempre en un fino límite, entre la ciencia y la ficción y sorprende con sus inmensos avances; pero las máquinas tienen sus límites establecidos y, para respiro de todos, la humanidad sigue siendo una característica inaplicable a un chip. No es una guerra de especies, se trata tan solo de estrechar lazos.

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