Los onboarding digitales llegaron para quedarse. Esta nueva forma 100% online de adquisición de clientes, de la mano de la digitalización, llegó para no sólo simplificar y darle seguridad a estos procesos, sino que además representa importantes ventajas tanto para empresas como para clientes.
A continuación, los principales motivos por los cuales esta alternativa es la más económica (y sustentable).
Menor gasto de oficina y mantenimiento
Una ventaja evidente de la adquisición digital de clientes –y del trabajo remoto en líneas
generales- es la notable reducción de costos que resulta de no tener que mantener oficinas y
locales físicos. Y este es un ahorro no menor, dado que contar con un espacio físico fijo
implica gastos que van desde la electricidad hasta gas, agua, internet, mobiliario, limpieza,
mantenimiento y alimentos, a los que en algunas empresas se les suman costos de transporte
y logística. A través del trabajo digital la mayor parte de los costos se reducen, incluso con
alternativas intermedias como el uso de espacios de coworking.
Además, el onboarding digital también representa una importante ventaja para los
(potenciales) clientes, quienes también reducen gastos de transporte, estacionamiento y
tiempo. Ante esto, no quedan dudas de que se trata de una situación win-win.
Ahorro en horas-hombre
La digitalización tiene el mérito de reducir los tiempos de las tareas, así como de automatizar
numerosos y diversos procesos. Esto no sólo se traduce en un ahorro de tiempo, sino también
de gastos de personal: mientras más eficientes sean los flujos de trabajo en nuestra empresa,
menos tiempo va a requerir llevarlos a cabo y, por lo tanto, menos personas.
La automatización también permite que tareas repetitivas y mecánicas, como el llenado de
formularios o el mantenimiento y ordenamiento manual de documentación, se vuelvan
notablemente más ágiles y precisas. Si a esto le sumamos su incidencia positiva en la
reducción de errores humanos –que son inevitables-, nos encontramos ante una alternativa
que, en el largo plazo, simplificará notablemente la operativa diaria de cualquier empresa.
Nuevamente, no podemos dejar de considerar el impacto que esto tiene a la hora de sumar un
nuevo cliente a nuestra empresa: la simplificación y la agilidad que introducen los procesos
digitales implica que a ellos también les demande menos tiempo contratar nuestros servicios,
así como testearlos y dar su feedback de ser necesario. No debemos perder de vista que no
sólo las empresas valoran cada vez más el tiempo y la eficiencia, sino que los actuales y
potenciales clientes también.
Ahorro en insumos materiales
Aquí hay dos variables a considerar: el aspecto económico y el aspecto sustentable.
En cuanto a lo económico, la digitalización permite reducir notablemente el uso de insumos
de oficina, especialmente aquellos vinculados con la papelería y la impresión. Es cierto que
esto requiere otros tipos de inversiones, particularmente en equipos y sistemas informáticos.
Pero estos presentan una gran ventaja: si bien implican una inversión inicial considerable
(que, de todos modos, cada vez se vuelve más accesible y masiva), luego su mantenimiento y actualización es notablemente menor y mucho más fácil de implementar a lo largo y ancho de la empresa.
En cuanto a lo sustentable, la lógica es bastante sencilla: eliminar el papel, la tinta y los
numerosos insumos de librería que se suelen consumir en una empresa reducen la huella
ambiental de nuestra operación, y a la vez genera un efecto multiplicador al requerir menos
producción de estos insumos (y su consecuente impacto ambiental). Otra forma de reforzar
esta reducción es fomentar el uso de energías sustentables para compensar el consumo
eléctrico que demanda la digitalización.
Menos limitaciones geográficas = más nuevos clientes
La digitalización –como bien demostró la pandemia- trae como principal ventaja la
posibilidad de trabajar desde donde sea, con gente ubicada alrededor de todo el mundo. Y,
por lo tanto, de llegar también a clientes ubicados en cualquier rincón del mundo.
Hoy, con una computadora y una conexión a internet, tenemos la posibilidad de alcanzar
nuevos públicos a los que antes era simplemente imposible acceder, sencillamente porque
eran geográficamente lejanos. Esa barrera ya no existe y está en las empresas sacarle el
máximo provecho para ampliar su cartera de clientes.
Aquí es donde un proceso de digitalización bien logrado y concebido va a ser nuestro mejor
aliado. Algunos aspectos a tener en cuenta para lograrlo son:
- Ofrecer interfaces user-friendly, intuitivas y adaptables a diversos dispositivos.
- Contar con un equipo de atención al público altamente capacitado. Potenciales
clientes pueden no entender cómo hacer un onboarding digital, por lo que es
importante contar con personas preparadas para guiarlos en el proceso. - Contar con la infraestructura necesaria. Puede sonar obvio, pero un negocio digital
con mala conectividad a internet o hardware/software desactualizado no tiene muchas
chances de supervivencia. - Capacitar a los líderes en liderazgo digital. La transformación digital puede tener un
impacto profundo en los equipos, y es importante que quienes estén a su cargo puedan
navegar los cambios con calma y claridad, para transmitir eso a quienes se encargan
de tratar con los clientes. - Planificar y explicar el proceso de transición a los clientes: no sólo quienes integran la
empresa deben adaptarse a la digitalización, sino los clientes –actuales y potenciales-
también. Para esto es ideal contar con un plan con etapas claras y marcadas, para
generar tranquilidad y evitar perder usuarios en el camino ante un cambio brusco al
que no pudieron adaptarse. - Concebir a la empresa como una totalidad digital, no sólo por sectores. Un área de
marketing digital no va a poder cumplir todo su potencial si el resto de la empresa
sigue funcionando como una compañía tradicional. Si bien la transformación toma su
tiempo y se puede llevar a cabo por etapas, es fundamental tener un plan que concluya
en una empresa 100% digital.